El arte urbano, manifestado en murales y grafitis, es mucho más que trazos, dibujos, colores y aerosoles; es una poderosa herramienta que revitaliza los espacios públicos. Estas obras maestras convierten paredes olvidadas en grandes lienzos que inyectan vida, color y significado a la arquitectura de una ciudad, mejorando visiblemente el entorno.



Además de embellecer, el arte urbano tiene un profundo impacto en la sociedad, ya que fortalece la identidad comunitaria, transmite mensajes y contribuye a que los espacios se sientan más seguros y valorados. Pero no solamente estas áreas públicas se ven favorecidas, también los creadores de las obras urbanas.
Plasmar sus distintas técnicas les ayuda a mejorar su creatividad, a ganar reconocimiento, establecer un vínculo directo con la comunidad y abrir nuevas puertas profesionales, reforzando su rol como agentes de cambio cultural.
Un ejemplo destacado en este movimiento es Fabián Solymar (@dagor1), artista gráfico húngaro-venezolano que comenzó con el grafiti tradicional a los 12 años y evolucionó hacia la abstracción geométrica y la tipografía.
Su obra no se limita a lienzos; incluye ensamblajes de madera y murales monumentales, inspirados en la arquitectura urbana. Incluso interviene objetos cotidianos como tazas, mesas, recipientes y lámparas, transformándolos en piezas con su característico estilo geométrico.



Consolidado como una figura clave del street art en Venezuela, @dagor1 afirma que el muralismo es vital para enriquecer la cultura y el bienestar social, pues ayuda a crear espacios que promueven la reflexión, el compañerismo y la identidad.
En algunos lugares icónicos del estado Miranda se pueden apreciar parte de sus obras. La más reciente la pintó sobre una pared de 12 metros, ubicada en la calle Cecilio Acosta de Chacao, y es denominada «El Freseo».
La estructura está exactamente frente a la pastelería Pavlova (@pavlovacaracas), cuyos fundadores Oriana Palacios y Pedro Moreno se aliaron con @dagor1 y representantes de la tienda de moda Raíces para planificar el colorido mural, que ya fue inaugurado.



Sobre su visión, Solymar comenta “me interesa la visión del espectador; más que lo que quiero transmitir, me importa saber qué ven las personas en mis formas, que provienen de una abstracción geométrica de tipografías.”
Por su parte, Oriana Palacios, fundadora de @pavlovacaracas, agregó “queremos que los transeúntes, cuando pasen por aquí o nos visiten en Pavlova, aprecien este mural y registren sus fotos en este espacio seguro y embellecido para el disfrute de todos.”

En Petare, @dagor1 realizó una docena de murales junto a la comunidad. En Los Palos Grandes, elaboró otro en el edificio Don Manuel, donde su pintura juega con la luz y la sombra para crear volúmenes que llaman la atención.
También ha dejado su huella en la Corporación Andina de Fomento (CAF) en Altamira y en el Trasnocho Cultural, importantes espacios culturales de Caracas. Su trabajo ha cruzado fronteras con proyectos en Santiago de Chile, Wynwood (EE.UU.), México y varias ciudades europeas, participando en renombrados festivales de arte urbano.
Escribe LISBETH PADILLA
Fotografía @dagor1





























