Castillo Monte Líbano símbolo de esperanza

El Castillo Monte Líbano, situado en la urbanización Colinas de Bello Monte en Caracas, es una joya arquitectónica y cultural poco conocida entre los caraqueños, pero de un profundo significado simbólico. Concebido y dirigido por Farid Kanaan Mattar, un inmigrante libanés, este espacio es un verdadero «Templo del Entendimiento» que encarna la educación, la libertad y la paz.

Su construcción, que ha continuado de forma ininterrumpida durante 34 años, se distingue por ser un monumento ecológico basado en el reciclaje, ya que fue levantado utilizando piedras recolectadas como desechos en la ciudad de Caracas. Cada piedra fue colocada con un significado especial, representando el nacimiento de cada niño venezolano, un símbolo de esperanza para las futuras generaciones.

El monumento cuenta con cuatro niveles y una superficie que supera los 4,000 metros cuadrados. Está conformado por 365 columnatas toscas, de formas irregulares y asimétricas, que miden en promedio 3 metros de altura y 1.20 metros de diámetro. Estas estructuras expresan la grandeza y durabilidad del futuro que se augura para las generaciones del Tercer Milenio. Siete de estas columnatas poseen un significado especial, representando el camino hacia el Ser Supremo a través de conceptos clave como el Planeta Tierra, el Hombre, el Hogar, la Universidad del Futuro, la Libertad, la Tolerancia y el Ser Supremo mismo.

Encima de estas columnatas principales, 200 arcos se entrelazan para simbolizar la convergencia de las universidades del futuro, cimentadas en el desarrollo humano, la libertad y la paz. Entre estos arcos y las columnatas se forman grutas que evocan antiguos refugios de libertad y recogimiento. En la cúspide del monumento se encuentran siete águilas doradas, que representan respectivamente al ser humano, el amor, la libertad, la evolución, la religión, la paz y la perfección.

Con una altura aproximada de 20 metros, este templo no es solo un espacio arquitectónico, sino un homenaje a la capacidad creadora del ser humano, un recordatorio constante de la misión de vivir libre y feliz. Es un sitio utilizado para la oración, la meditación y la reflexión, así como para eventos culturales y religiosos que promueven la paz y la tolerancia entre las personas.

A lo largo de los años, el Castillo Monte Líbano ha recibido a numerosos visitantes tanto nacionales como extranjeros, quienes admiran su belleza singular y el profundo mensaje espiritual que transmite. Su importancia se potencia gracias a la simbología que reúne las principales religiones mundiales, fomentando así la comprensión y la armonía entre culturas. Si bien la visita del Papa Juan Pablo II a Venezuela en 1985 no contempló una designación oficial del sitio, su paso por este lugar reafirma su carácter espiritual.

Actualmente, sigue siendo un espacio emblemático para quienes buscan un lugar de recogimiento y conexión con ideales universales, en medio de la bulliciosa ciudad de Caracas. Este monumento, imponente y cargado de significado, continúa inspirando a sus visitantes a cultivar valores de paz, respeto ecológico y unión cultural, manteniendo vigente el legado de su creador y la belleza de este rincón tan especial del país.

Escribe EMILY SALAS